“Mi pareja ya no me calienta más”: cómo recuperar la pasión (según las que saben) - Intimia

“Mi pareja ya no me calienta más”: cómo recuperar la pasión (según las que saben)

Mi pareja ya no me calienta más

Te juro que te entiendo. Lo amás, lo querés, lo elegís todos los días. Pero hay algo que no está: el deseo. Ese fuego que antes se encendía con solo verlo entrar por la puerta ahora… no aparece. Y te empezás a preguntar en silencio: ¿Será normal? ¿Será el principio del fin? ¿O todavía hay algo que se pueda hacer?

Debo decirte que no estás sola, y sí, se puede hacer mucho. La pasión en las relaciones largas no se pierde: se transforma, se esconde, se duerme. Y también se puede despertar.

Vamos a hablar de eso. Sin tabúes, sin culpas y con el respaldo de expertas que vienen estudiando este tema hace años.

¿Por qué ya no me calienta?

Lo primero que hay que entender es que el deseo no es automático. No funciona como una lamparita que se prende o se apaga. Es más como un fueguito: necesita oxígeno, espacio y atención.

Esther Perel, terapeuta de parejas y una de las voces más respetadas sobre este tema, lo explica así:

“El deseo necesita espacio. El misterio, la autonomía y la novedad mantienen vivo el fuego en las parejas de largo plazo.”

¿Y qué significa eso? Que el amor y el deseo no se alimentan de lo mismo. Mientras que el amor busca cercanía, intimidad y seguridad, el deseo necesita un poquito de distancia, de juego, de misterio. En las relaciones largas, donde todo se vuelve familiar y predecible, el erotismo muchas veces se pierde no por falta de amor, sino por falta de sorpresa.

Ese “espacio” que menciona Perel no es alejamiento, es permitir que el otro siga siendo alguien distinto, que puede sorprenderte. Y que vos también te mires con nuevos ojos. Una cita improvisada, una fantasía contada al oído o un juguete que nunca probaron pueden ser formas de volver a mirarse con curiosidad.

¿Te suena? Porque la rutina, los horarios, la falta de tiempo, la convivencia 24/7 y el cansancio crónico hacen exactamente lo contrario.

Y no es que haya “algo mal” con vos o con tu pareja. Es que nadie nos enseñó a sostener el erotismo en vínculos largos. Y mucho menos en medio de la vorágine del día a día.

¿Es normal dejar de desear?

Sí, es normal. Silvina Valente, médica sexóloga y presidenta de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana, lo dice clarito:

“El deseo sexual necesita de estímulos. La rutina, la falta de tiempo o de conexión emocional pueden apagarlo, pero con intención, puede recuperarse.”

Esta frase nos recuerda algo clave: el deseo no siempre aparece solo. Muchas veces creemos que si no surge espontáneamente es porque algo está mal, pero en realidad, lo que falta es espacio, conexión y estímulos adecuados.

La rutina, el estrés y el desgaste emocional de todos los días pueden apagar esa chispa. Y no es culpa de nadie. El deseo necesita alimento: un gesto, una mirada, una caricia sin apuro.

Lo más importante es esa última parte: “con intención, puede recuperarse”. No se trata de forzar nada, sino de crear condiciones donde el deseo pueda volver a aparecer. A veces con algo tan simple como una conversación sincera, un encuentro diferente, o el permiso para volver a tocarse desde el juego, no desde la obligación.

Cómo recuperar la pasión: consejos con respaldo real

💬 Empezá por hablar

Pero hablar de verdad. No desde la queja, sino desde lo que necesitás.

Abrir ese diálogo puede cambiarlo todo.

💥 Dejá de esperar que el deseo “aparezca”

El deseo no baja del cielo. Se construye. Con gestos, con juego, con fantasías. Animate a mandar un mensaje hot. A probar una caricia distinta. A mirarte de nuevo con esos ojos.

🧠 Volvé a desearte a vos

Sí, vos. Porque muchas veces lo que se apaga no es solo el deseo hacia la otra persona, sino hacia nosotras mismas. Tocarte, descubrir qué te gusta, darte placer sola, también es parte del camino.

🎁 Sumá herramientas nuevas

Aceites, juegos, juguetes. No como parche, sino como forma de explorar. En Intimia vas a encontrar propuestas para reconectar con el deseo desde un lugar lúdico, sin presión y sin vergüenza.

¿Y si no hay vuelta atrás?

A veces, en este proceso de reencontrarse, te das cuenta de que el deseo no vuelve. Que lo intentaste todo: hablaste, cambiaste rutinas, sumaste juego, pero simplemente ya no está. Y no es fácil aceptar eso. Pero también puede ser una forma de cuidarte.

Luciana Peker, periodista feminista y referente en temas de sexualidad, lo dice sin vueltas:

“Nos enseñaron a sostener vínculos aunque no haya deseo, y a callar lo que no nos calienta.”

Su mirada pone el foco en cómo, especialmente a las mujeres, se nos enseñó a priorizar el amor romántico, el aguante, el sostener “pase lo que pase”. Pero ¿y si sostener también es soltar?

A veces seguimos en relaciones donde el cariño está, pero el deseo murió hace tiempo. Y eso no nos hace malas personas, ni ingratas, ni “dejadas”. Nos hace humanas. Peker nos invita a no quedarnos calladas, a no negar lo que sentimos, y sobre todo, a poner al placer en el centro de nuestras decisiones.

No todas las historias tienen que durar para siempre. Lo importante es que la tuya esté escrita desde el deseo, no desde la obligación.

La pregunta es: ¿vos querés quedarte ahí?

En resumen

No hay deseo sin conexión. No hay pasión sin juego. Y no hay vínculo que sobreviva solo con cariño si no hay placer. Pero sí hay formas de reencontrarse. Con la pareja, con el cuerpo, con lo que te prende fuego por dentro.

Así que si hoy te estás diciendo “mi pareja ya no me calienta más”, hacete esta otra pregunta:
¿Qué necesito para volver a sentir?

Y respondétela con amor. Con curiosidad. Y sin miedo.

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