No estas sola! A veces cuesta llegar al orgasmo y no tiene nada que ver con estar rota o con “no saber”. Hay un montón de razones (¡totalmente normales!) que pueden influir, y lo bueno es que muchas tienen solución.
Acá te cuento cuáles son los 5 factores más comunes que pueden dificultar el orgasmo femenino… y cómo podés empezar a destrabarlos desde hoy.
1. ¿Poca práctica? Falta de conexión con vos misma
Uno de los grandes bloqueos del orgasmo femenino es no conocerse lo suficiente. La autosatisfacción, lejos de ser un “reemplazo”, es una herramienta clave para entender cómo responde tu cuerpo al placer. ¿Qué ritmo te gusta? ¿Qué tipo de estímulo te enciende más? ¿Qué zonas te resultan más sensibles?
Las mujeres que se masturban con frecuencia tienen mayores chances de alcanzar el orgasmo con una pareja. Y no es casualidad: cuando sabés lo que te gusta, podés guiar y comunicarlo. Además, practicar sola te ayuda a relajar, sacar presión y disfrutar del proceso sin necesidad de rendirle cuentas a nadie.
💡 Tip: Regalate tiempo para explorarte. No tiene que ser un “evento” ni algo solemne. Puede ser una siesta hot con vos misma, un baño largo o una noche con tu vibrador favorito. Descubrirte es el primer paso para mejorar tu vida sexual, y también una forma hermosa de autocuidado.
2. Culpa o represión: los fantasmas que no ayudan
La historia del orgasmo femenino está llena de silencios, tabúes y culpas heredadas. Durante años, muchas mujeres fueron educadas para esconder su deseo, como si disfrutar del sexo fuera algo vergonzoso o indebido. Y aunque el mundo cambió, esas ideas todavía pesan.
¿Resultado? Nos cuesta relajarnos, soltarnos y permitirnos sentir sin filtros. Cuando tu cabeza está llena de “esto está mal” o “me van a juzgar”, tu cuerpo se pone en modo defensa. Y ahí, el orgasmo se aleja.
💡 Tip: Empezá por aceptar que tu sexualidad es valiosa, natural y parte de tu bienestar. Hablá del tema con amigas, buscá lecturas que te empoderen o seguí cuentas que promuevan una sexualidad positiva (como la nuestra 💕). Si sentís que la culpa no te suelta, una terapia sexológica puede ser una gran aliada para sanar y disfrutar más.
3. Comunicación cero = placer en modo avión
Nadie es adivino. Y menos en la cama. Uno de los principales motivos por los que muchas mujeres no llegan al orgasmo en pareja es porque no se animan (o no saben cómo) comunicar lo que desean, lo que les gusta o lo que necesitan para sentirse cómodas.
La falta de comunicación genera frustración y distancia. Pero cuando hablás desde el deseo y no desde la crítica, se abren puertas hermosas a una sexualidad más rica y compartida. Decir lo que te gusta no te hace exigente: te hace dueña de tu placer.
💡 Tip: Podés empezar de a poco, sin presión. Por ejemplo, hablando después del sexo sobre lo que más disfrutaste, o proponiendo cosas nuevas con complicidad. También podés usar juegos eróticos, encuestas sexuales o juguetes para abrir el diálogo de forma divertida. La comunicación es un afrodisíaco, aunque nadie lo diga.
4. Obsesionarte con llegar… puede alejarte más
Hay algo medio irónico con el orgasmo femenino: cuanto más lo buscás, más se escapa. Si estás pensando todo el tiempo “¿y ahora viene?”, “¿ya tendría que haber llegado?”, “¿qué me pasa que no lo logro?”, la presión te saca completamente del presente.
Y si no estás en el momento, si tu cabeza está en modo expectativa o comparación… es difícil que tu cuerpo se relaje y se entregue. El orgasmo no es un examen ni una meta que cumplir. Es una consecuencia de estar conectada con tu placer.
💡 Tip: Cambiá el foco. En vez de obsesionarte con llegar, disfrutá el trayecto. Abrazá cada sensación, cada caricia, cada emoción. No hay un “deber ser”. A veces el placer más lindo viene cuando soltabas el reloj y las expectativas.
5. Dolor = señal de alerta
Este punto es clave. Si sentís dolor, molestias o incomodidad física durante el sexo, es casi imposible que puedas disfrutar al nivel de tener un orgasmo. Y no, no es normal ni tenés que bancártelo “porque sí”.
Muchas veces, el dolor está relacionado con falta de lubricación, tensión muscular, posiciones incómodas, sequedad vaginal (por estrés, medicación, lactancia o menopausia, entre otros) o condiciones médicas como vaginismo o endometriosis.
💡 Tip: No ignores el dolor. Hablalo con una profesional, ajustá las posiciones o el ritmo, y probá con lubricantes de buena calidad (y si son con efecto, ¡mejor!). Tu cuerpo merece ser escuchado. Sentirte cómoda y segura es condición básica para que el orgasmo femenino se dé.
💖 La sexualidad no es una receta mágica, es un camino. Y cuanto más te conozcas, más vas a poder disfrutar. No importa dónde estés hoy, siempre podés dar un paso más hacia una experiencia más libre, consciente y placentera.
¿Te sentís identificada con alguno de estos puntos? En Intimia hablamos de todo esto sin vueltas ni tabúes. Te esperamos en el blog con más notas para conocerte y quererte más.